
Por Marcela Murphy
El pasado 25 de julio se celebró en el Santuario Nacional de la Divina Misericordia en Stockbridge, Massachusetts el Día Colombiano. Más de 800 personas se congregaron en este día soleado para alabar la misericordia de Dios a través de oraciones y cantos que se prolongaron hasta la tarde del sábado.
Desde las 10 de la mañana los peregrinos comenzaron a llegar a la Colina del Edén desde diferentes estados del país. Al llegar, la gente fue recibida con una calurosa bienvenida por parte del Rector del Santuario, el Padre Anthony Gramlich, MIC quien los invitó a pasar un agradable día de verano en "la casa de la misericordia."
Esta celebración se llevo a cabo en un día indiscutiblemente colmado de oración, reflexión y sobre todo, mucha fe. Algunas personas visitaron el Santuario, las diferentes capillas de velas y la tienda de regalos mientras esperaban con ansias la llegada del Padre Jesús Orjuela, mejor conocido como el Padre Chucho.
El Padre Chucho se ha convertido en uno de los sacerdotes más famosos de Colombia y quizás de toda América Latina gracias a su carisma, su gracia y el don de la palabra que posee. A través de su programa matutino "cura para el alma", el Padre Chucho ha logrado cautivar una gran audiencia que se levanta cada mañana con este "desayuno para el alma" como algunos definen su programa. El Padre Chucho se ha dedicado a transmitir el mensaje de la misericordia de Dios con sus peregrinaciones, a las que él se refiere graciosamente como "una chiva rumbera con rumbo al cielo."
Su llegada al Santuario Nacional de la Divina Misericordia hace parte de una peregrinación por la paz que ha incluido estados como Nueva Jersey, Florida, Nueva York y Massachusetts. En su homilía el Padre Chucho recordó a los fieles que se encontraban "en el mejor lugar: la casa de la misericordia" y los invitó a depositar su confianza en Dios "ya que Él escucha nuestras peticiones según Su voluntad."
El hombre no sólo vive de pan
En su homilía el Padre Chucho también se refirió en varias ocasiones a la Madre de Dios, quien se preocupa por nosotros como sus hijos y quien intercede por nosotros ante su Hijo. Finalmente culminó su homilía exhortando a los presentes a que se "llenen de la misericordia de Jesucristo" y a que escuchen el mensaje del Todopoderoso ya que "el hombre no sólo vive de pan, sino que necesita también la palabra de Dios."
Y alguien que no podía faltar en esta celebración fue Prudencio, el personaje infantil que con sus canciones hizo que no sólo los niños bailaran al compás de sus alegres ritmos, sino que también los adultos disfrutaran de este particular personaje.
Al terminar la Santa Misa los presentes se entregaron totalmente al rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia, dirigida por el Padre Chucho en compañía del Padre Anthony Gramlich, MIC. Todos los peregrinos se unieron en una sola voz mientras repetían cantando con una profunda fe "ten misericordia de nosotros y del mundo entero."
Sin embargo, aún lo más conmovedor abría de suceder. Mientras los fieles cantaban la Coronilla, el Padre Chucho tomó en sus manos al Santísimo Sacramento, el cual estuvo expuesto durante la Coronilla. Con Él dio una bendición especial a todos los fieles, quienes oraban con fervor por sus necesidades físicas y espirituales con el anhelo de que sus peticiones fueran escuchadas por Dios quien es rico en misericordia.
Después de compartir un día lleno de fe, los peregrinos regresaron a sus hogares colmados de la misericordia de Dios y felices de haber estado en el mejor lugar..."la casa de la misericordia."