Es sabido a través del tiempo, que después del tremendo choque cultural que sufrió México durante la conquista de los españoles en el año de 1521, pasaron diez años en los que el Imperio Azteca sufrió pérdidas inimaginables: cultura, idioma, costumbres, templos, deidades, vestimenta, raza, tierras, jerarquías, identidad y hasta sus nombres, ya que Cuauhtlatoatzin (del Náhuatl: el que habla como águila), fue bautizado con el nombre de Juan Diego, por Fray Toribio de Benavente.